El olor a polvo,
y tierra,
y oro,
de la obra vecina, del camino reseco que surcan los albañiles.
Me despierto,
gritando,
girando: mi sueño es un remolino de cemento que se seca en los labios al despertarme.
Siento entre las manos un candor de velero,
una ilusión de candelabro.
La mañana avienta mis sueños de material reciclado,
y amarra mis ojos con ruidos de amianto,
de ciudad,
de trabajo,
de cocainómana frecuencia urbana,
de retrasos.
1 comentario:
hola anita! lindo blog!
(soy vicky, la de la facu, la alta de pelo largo, que también escribe...)
date una vueltita por mi blog
beso
vic
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