miércoles, septiembre 01, 2010

Perfume

Estoy sentada, el perfume sale del parlante y entra por los dedos, por las mejillas. Sonrío, sonríes, en mi mente febril de verano en pleno invierno.
Tocas mi frente, me besas.
Todo pasa tan rápido que me desvanezco sin sentir tus caricias.
Escucho la música de tus pasos, que vienen y van perdidos en las sombras.
Te siento en un perfil, sobre la columna, veo tus ojos en el resplandor de un guiño.
Si alguna vez logramos salir de este laberinto, y escapar uno del otro, ir por rumbos distintos, te juro, te prometo, que te seguiré por donde vayas.
Ya mi cuerpo se acostumbró al tuyo, mis manos a tus dedos, mis rincones a tus latidos.
Imposible pretender que, en lo que quede de vida, mis poros se abran a un aroma más perfecto, más sutil, más mío.
Sabes que me haría un perfume con tus besos.