domingo, noviembre 22, 2009

Adolescemos

Ayer un acto fallido invadió a mi amante. Nos llamó "adolescentes", quizá imitando a estos psicólogos que intentan que la confusión hormonal dure hasta los 30 años para justificar mejor sus honorarios. Luego intentó arreglarlo: "pero sí, adolescemos, pero de resfríos, gripes, hemorragias nasales y de las otras, somos eternos adolescentes".
No sé, no quiero que el cuerpo me duela por siempre, pero menos todavía que el corazón se me llene de agujeritos musicales, o que cada día me levante con los mil y un pies izquierdos...
Tal vez, pero la etiqueta con que me devuelven la mirada los espejos me dicen que hace tiempo he dejado de adolescer, ya no me duele la vida.
Tal vez la nueva etiqueta deba ser "sufrientes".
O, simplemente, tal vez debamos dejar de sufrir.
O dejar de etiquetarnos.
Me asusta pensar que el próximo espejo me devuelva un "adulto".

1 comentario:

Anónimo dijo...

No te inquietes de antemano, cuando ese espejo te salude, vas a ver que la imagen no es más que una instantánea oficial para mostrar; dura un ratito, después cambia de forma. Yo por mi parte tengo la sospecha, por suerte, de que las taxonomías de crecimiento son sólo a título orientativo...
:-)