sábado, noviembre 29, 2008

Estatuas-Columnas por Avenida de Mayo

Vi por la calle cuatro señoras de mármol.
Me miraban absortas, como quien mira un milagro.
Vi, desde la calle, cuatro señores de traje.
Pasaron como el viento,
me volaron las faldas,
y suspiró el viento entre mis rodillas.

Vi, por la ventana, cuatro gatos y un tejado.
Con los bigotes mojados me miraban absortos,
como quien mira el mar desde la playa.

Vi (y no vi, porque estaba dormida),
cuatro mujeres con cuatro hombres-gatos en sus regazos,
mirando, extrañas, la calle por debajo.
El viento pasaba entre sus piernas,
despeinaba sus cabellos de piedra,
susurraba canciones entre sus manos.

Los hombres se mojaban los bigotes en sus labios,
y pasaban, con los dedos, las hojas de los árboles.
Los gatos se mojaban los dedos con la lengua,
y leían, absortos, las hojas de los plátanos.

Los hombres de traje volvieron a pasar, 
pero ahora traían el viento en las manos.
Y soplaron.

Me desperté y vi caer a las cuatro señoras de mármol.
El viento les había golpeado la mejilla.
Un nuevo edificio se levantó en sus ventanas.
Y ahora ya no veo el mar entre mis manos.
Ya no me siento un milagro.

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