sábado, noviembre 18, 2006

Nombres

Descubrí, lamentablemente, que todo tiene un nombre, ya está descripto, escrito y comentado. Y si no tiene un nombre, para un mal mucho mayor, posee una patética conjunción de nombres ajenos. ¿Quién se atrevió a ponerle nombre al blanco? ¿Y al rojo? ¿Y, peor, al verde azulado?
Si, ya sé. Cuando todo ha sido nombrado, y lo comprendes, ¿qué misión encotrar en esta vida? ¿Voltear el tablero y nombrar de nuevo? ¿Tendré que hacer como Alicia y traspasar el espejo, encontrar un mundo distinto, aún no formado, sin nombres, y olvidarme de éste, tan blanco-negro y definido?
El otro día me pidieron poesías, y respondí con certezas. Me estoy volviendo vieja y astuta, ¡qué desperdicio! ¿Dónde quedarán las llaves de mi armario, del diario íntimo encadenado a la cama, si pierdo las angustias y utopías? ¿Dónde la sutil diferencia entre el adivinar y el concluir con la espera? ¿Qué serán, sin los vacíos, aquellos llenos tan seguros? ¿Se volverá todo un gris inconcluso, un desierto de arenas oxidadas, un reloj de muñeca?
Pero no, tranquila. Aún no me has dicho tu nombre.
No me lo digas, no lo hagas, ¡sígueme besando, y así me mantedrás con vida!

4 comentarios:

Javier Montero dijo...

jaja genial

Anónimo dijo...

sabes que si, cruza el espejo no se si es posible pero si llega a ser posible hacelo y contame donde quedo la lleve que te permitio ir hasta ahi. O dar vuelta todo y volver a empezar cada dia sin la necesidad de nombrar las cosas solo sentirlas para q nombrarlas ?o si encontras un pequeñisimo oasis donde se pueda estar aunque mas no sea unos segundos sonriendo ayudame a llegar, ya q a partir de hoy creo que empezamos a ser compañeros........siljorge@hotmail.com

Ariel Lorenzo. dijo...

Me parece una poesía más que interesante. Un placer encontrar un buen texto por aquí.
Besos.
Ar!3L.

Diego dijo...

lindo... lindo!!!