jueves, octubre 12, 2006

Idilio

Me arrojaré al mar desde un acantilado,
y me convertiré en las olas que susurran nuestros nombres.
Besaré cada tierra,
cada árbol,
todas las manos.
Postergaré mis latidos por los tuyos...
¿A qué hora, qué día, empezaste a respirar?
¿En qué segundo?
Cronometraré mis bostezos a tu ritmo.
Surcaré las carreteras como la espuma,
y me sentaré a esperarte en la marea.
Cuando las libélulas se hayan ido,
caerás desde las nubes,
y me lloverás los ojos,
las caderas.
Mi perfume te hará señas desde el enrejado
y volaré contigo a cielo abierto.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Me encantó!! Como verás hoy tuve tiempo de leer tooodas tus palabritas!!
Beso!
Ga

ALEX dijo...

realmente conmovedor... gracias por tanta espiritualidad en tu prosa. Es un camino directo a la unica realidad, el amor..