miércoles, junio 10, 2009

Juego de transeúntes

¿Quién no juega a pisar las baldosas sueltas, y escaparle al barro que sorprende debajo de ellas?

O a caminar sobre el borde peligroso, afilado, de los cordones.

O a dibujar corazones y rostros sorprendidos en las ventanas vaporosas de los colectivos.

O al pan y queso con los vecinos y las tapias,

  rascarse detrás de las orejas buscando duendes escondidos,

      encontrar los carteles sin sentido,

          las nubes que son ovejas,

             las hojas que son insectos,

                los árboles que son puertas

                   y las calles que...

                       al fin de cuentas,

                          siempre son caminos.

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